Ser feliz en pareja.

Temporada de Alegría

Cartas al pasado

Diego García, M.D CEO

Empezar una relación es uno de los momentos más emocionantes que puede experimentar alguien, y también uno de los más vulnerables. En nuestra mente se encuentra una tormenta de pensamientos: por un lado, están los positivos, la ilusión, los sueños, el deseo, el amor, la alegría; y por otro lado, los negativos, la duda, el miedo, el temor a un nuevo fracaso amoroso. Y eso empieza a afectar nuestros juicios. ¿Será que vale la pena salir con esa persona? ¿Me gustan unas cosas y otras no? Nos angustiamos con el futuro de la relación sin experimentar el presente, y también desde la experiencia que tengamos vamos a juzgar esto, es que él o ella no es como mi expareja. Simplemente, nos vamos negando a conocer a una persona y a conocernos a nosotros mismos en esta nueva etapa de nuestras vidas.
Ser feliz es uno de los principales propósitos de la vida, y también lo es de una relación. ¿Por qué entonces estamos en una relación? No creo que desde una parte consciente estemos para sufrir. Aunque a veces nos pasa, nos gusta un poco sentir eso. Pero debemos tener primero claro cuál es nuestra felicidad como individuos, para no caer en la trampa psicológica de buscar la felicidad en otro lugar. Es como pretender que si tenemos un dolor físico, por tener enterrado un clavo en el pie, este dolor se va a aliviar si nos vamos de la ciudad para otra; el clavo va a seguir en nuestro pie. O como dice el dicho, “un clavo saca otro clavo”, es cierto, el viejo me causaba dolor y ya no está, pero ahora tengo uno nuevo, y un nuevo dolor. Eso pasa con nuestras heridas emocionales que están en nuestra mente y se sienten en el físico, como esa sensación de vacío en el cuerpo.
Visto así, ser feliz en pareja no es tan sencillo como uno piensa, pero tampoco es imposible. Es más un proceso que un fin. Es una parte de la relación que se construye desde el inicio, y como algo que se construye durante el proceso, se van ajustando detalles. Eso implica pasar tiempo y conocerse de una forma real y auténtica, sin apariencias.

No existe una receta, y nadie te puede asegurar que van a ser felices y van a comer perdices como los cuentos. Tal vez sí se puedan comer una perdiz, pero la felicidad no es un estado que implica siempre estar sonriente o satisfecho; en la vida de todos existen momentos y días donde nos sentimos mal, estamos tristes, y es válido sentirse así, es parte de nuestras emociones. Pero es justo en esas situaciones de bajón anímico donde la felicidad también está presente, pues sin ella sería muy difícil salir de esa situación. Y qué mejor si al lado de nosotros está una persona que nos acompaña, escucha y nos impregna un poco con su felicidad. Es el empujón anímico que muchas veces necesitamos.
Para construir esa felicidad en pareja partimos de la felicidad individual. Primero se debe tener eso claro. A veces es confuso, y es más fácil empezar por reconocer qué nos hace infelices o qué nos molesta. Por eso es importante hablar de los límites, qué estoy dispuesto a tolerar y qué no (ojo, no se trata de imponer caprichos, recuerda que has tomado la decisión de estar en pareja, son dos). Y en esos límites, ¿cuáles son negociables? Cómo se llegan a acuerdos, exploren situaciones hipotéticas, qué pasaría si, ¿estarías de acuerdo con…? Y reflexionen sobre ello. Ahora que están hablando, y espero que se estén escuchando y no juzgando, no den por sentado que entendieron todo. Muchas veces en las relaciones tenemos cosas en las que nos parecemos, por ejemplo, es que es importante la tolerancia, la paciencia, la felicidad; pero puede ser que cada una de esas cosas tenga significados e interpretaciones diferentes. Lo que es felicidad para uno puede no serlo para el otro. No se queden con dudas.
Empezar una relación no significa dejar quién soy yo, ni dejar mis sueños atrás. No es tomar un barco con destino incierto dejando todo por la otra persona. Ahora, siendo tú, vas a empezar otra parte de tu vida que se llama relación en pareja, y si antes podías hacer mucho, significa que siendo dos y contando con el apoyo de esa otra persona, pues deberías mejorar y lograr más cosas. Suena lógico, pero no siempre pasa así. ¿Por qué? Porque nos limitamos en nuestras cabezas, no son las imposiciones de los demás las que nos limitan, somos nosotros. Para ser felices en pareja, se debe tomar una decisión a conciencia, en paz y tranquilidad, primero con cada uno de nosotros y después con el otro. La felicidad no va a llegar por arte de magia, se construye y se disfruta desde ya. En los momentos de crisis, cuando hay retos individuales y de pareja, es la felicidad la que nos impulsa, es también la calma y apoyo que me brinda el otro.

Cuando mi papá murió.

Cuando mi papá murió.

"La muerte de mi papá me transformó. Después del dolor, me volví mi propio sabio. Crecí, superé retos y sigo adelante. La vida cambia, y yo también."

Mi trabajo no era lo que esperaba

Mi trabajo no era lo que esperaba

"Descubre el camino hacia una vida laboral más enriquecedora y llena de propósito. Enciende la llama de la pasión en tu trabajo y vive con plenitud. ¡Contáctame para encontrar tu…

Adultos resilientes, niños felices

Adultos resilientes, niños felices

Adultos resilientes, niños felices: Aprende a gestionar tus emociones y sé el ejemplo para tus hijos. Cultiva la resiliencia y enfrenta los desafíos con estrategias positivas. Conecta con tus seres…

Copyright * 2023 Diego Garcia MD. Desarrollado por Ricardo Lozano