Los niños, especialmente entre los 5 y 7 años, son como esponjas que absorben todo a su alrededor. Si están aprendiendo habilidades útiles como caminar, hablar y comer, también están aprendiendo a sentir. En este sentido, los padres son los primeros educadores emocionales de sus hijos. Podemos hablarles sobre el respeto, evitar gritar y muchas otras cosas, pero son nuestras acciones las que más influyen en ellos. Si nos comportamos con ira, frustración y quejas en situaciones de estrés, ellos aprenderán de nuestro ejemplo.

Una estrategia importante para ser resilientes es enfrentar los “golpes” que nos da la vida y afectan nuestras emociones. Al seguir estas estrategias, aprenderemos a sobreponernos a situaciones adversas y al estrés:

1. Establecer relaciones: Conectarse con familiares y amigos cercanos fortalece la resiliencia. No estamos solos en estas situaciones a menos que lo deseemos.
2. Evitar ver todo como una tragedia insuperable: Trabaja en lo que puedes solucionar y apóyate en las relaciones para superar las preocupaciones.
3. Moverte hacia tus metas: Desarrolla planes hacia metas realistas y trabaja en el paso a paso que te acercará a ellas.
4. Tomar acción: Ante situaciones adversas, es mejor actuar en lugar de ignorar o evadir. Supera los eventos adversos enfrentándolos como metas a superar.
5. Cultivar una visión positiva de ti mismo: Ganar confianza y seguridad te hará más resiliente. Cumplir objetivos diarios fortalecerá tu autoestima.
6. Estas estrategias iniciales nos ayudarán a abonar el terreno de la resiliencia, permitiéndonos plantar lo que deseamos en la vida y obtener los frutos que anhelamos, incluida la felicidad. Lo mejor es que podemos comenzar desde ahora.

Imagina si pones en práctica estos seis puntos a diario y tu hijo lo ve, lo explicas y lo vive contigo. Desde una temprana edad, él o ella estarán cultivando esa resiliencia. Recuerda que como padre o madre, lo estás haciendo muy bien, pero siempre hay oportunidades para mejorar cada día, paso a paso.